Varias investigaciones sugieren que el aprendizaje visual es uno de los mejores métodos para enseñar a pensar. Los diagramas visuales revelan patrones, interrelaciones e interdependencias además de estimular el pensamiento creativo. El estudiante puede ver cómo se conectan las ideas, darse cuenta de cómo se puede agrupar y organizar la información de tal manera que los nuevos conceptos sean más profunda y fácilmente comprendidos. El estudiante tiene la oportunidad de expresar con sus propias palabras lo que ha aprendido al tiempo que descubre cómo las relaciones mal dirigidas o los conceptos que no encajan dejan al descubierto partes del tema que no ha entendido bien.
David H. Jonassen, profesor de la Universidad del Estado de Pennsylvania en Estados Unidos, acuñó hace algunos años el término Mindtools (Herramientas para Potenciar la Mente). Jonassen afirma que «el apoyo que las tecnologías deben brindar al aprendizaje no es el de intentar la instrucción de los estudiantes, sino, más bien, el de servir de herramientas de construcción de conocimiento, para que los estudiantes aprendan con ellas, no de ellas».
Los mapas conceptuales consisten en representaciones espaciales de ideas con sus respectivas interrelaciones de tal manera que ayuden a estructurar el conocimiento. Aplicaciones de software tales como Inspiration, CMap, SemNet, Mind Mapper y muchos otros, permiten a los estudiantes interrelacionar las ideas que están estudiando en redes multidimensionales de conceptos, marcar las relaciones existentes entre esos conceptos y describir la naturaleza de las relaciones entre todas las ideas de una red.
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